Vino con hielo (y otras “herejías” veraniegas que sí tienen sentido)

Cuando llega el calor del verano, a veces la regla más estricta del vino –nada de hielo– parece tan lejana como un oasis en el desierto. Pero la realidad es que, en países tan cálidos como España, Italia o Argentina, añadir hielo al vino —sobre todo rosé o blancos jóvenes— no solo es común, sino que tiene lógica: ayuda a mantener la frescura en vaso expuesto al sol.

1. Rosé “piscine”: el clásico francés

En la costa mediterránea, los habitantes disfrutan del llamado rosé piscine: rosé con hielo —sí, directamente en copa—. El término “piscine” significa piscina, y evoca esa sensación refrescante de verano. Se recomienda empezar con la botella bien fría y luego añadir cubitos de hielo para mantener la temperatura ideal por más tiempo.

Champán on ice: versión chic

Si creías que el hielo era solo para el presupuesto de rescate, piénsalo de nuevo. Marcas como Moët & Chandon lanzan champanes pensados para servirse con hielo, siguiendo la tendencia de “à la piscine”. 

Wine experts avalan que un cubito puede estabilizar la temperatura sin arruinar la experiencia.

3. Tintos jóvenes: la revelación inesperada

Aunque asociamos el tinto con temperatura ambiente, hoy muchos sommeliers recomiendan enfriarlos ligeramente. Los tintos ligeros —como Pinot Noir o Gamay— se prestan especialmente bien: el frío intensifica los aromas frutales y suaviza los taninos . Incluso puede usarse un vaso de vino joven para pasar de aperitivo a plato principal sin cambio de botella: primero frío, luego “enclimatado” .

4. Spritz & variantes de vino

El fenómeno spritz —vino con soda o vermut, hielo y rodaja de fruta— está muy vivo este verano. La prensa británica menciona que blancos brillantes, cítricos o florales encajan genial en versiones spritz, como Hugo o Rose Spritz . En España, seguimos la tradición con el famoso tinto de verano (vino rojo + gaseosa + hielo), una alternativa ligera a la sangría.

5. Cultura, practicidad y desestigmatización

La vergüenza por el hielo en el vino suele venir de círculos más puristas. Pero la voz pro-hielo es clara: “poner hielo no es un pecado”, argumentan sommeliers y expertos. Un usuario de Reddit lo describe así:

“In the south of France they have a drink called piscine which is rosé or Champagne over ice … no one thinks they’re drinking ‘wine’”.

Otra opinión destaca que en climas calurosos, beber vino sin enfriar “es un horror”. El hielo se convierte en una herramienta inteligente: enfría rápido y mantiene el carácter del vino mientras se consume.

Consejos para disfrutar estas “herejías” sin meter la pata

  1. Escoge vino apropiado: blancos frescos, rosés aromáticos y tintos ligeros son ideales.
  2. Chill previo: antes de poner hielo, enfría la botella en nevera o cubitera.
  3. Usa hielo limpio: el de sabores propios del congelador puede alterar el sabor.
  4. Cuidado con la dilución: si te molesta, retira el hielo tras un rato o emplea cubitos de vino congelado.
  5. Presta atención al vaso: un vaso ancho y sin tallo (o tipo flauta para spritz) ayuda a disfrutar del efecto refrescante.

Verano con estilo… y sin complejos

Abrazar estas “herejías” no solo es práctico, también es placentero. Imagínate: atardecer en Málaga, una copa de rosé sobre hielo, la conversación fluyendo y la temperatura perfecta. O un spritz de vino blanco con soda y un twist de cítrico, perfecto para la terraza de un hotel boutique. Así los vinos llegan a un público más joven, relajado y sin prejuicios.

La próxima vez que el sol apriete, prueba estas fórmulas: pinta de autenticidad el verano y rompe las reglas con gracia. Porque, al fin y al cabo, disfrutar es la mejor etiqueta que puede llevar una copa de vino.

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